“Hemos tomado el poder”, declaró Randrianirina, quien lidera un motín de soldados que se unieron a los manifestantes de la llamada Generación Z, el movimiento juvenil que desde hace semanas exige la dimisión del mandatario. El coronel informó además que se disolverán todas las instituciones del Estado, con excepción de la Asamblea Nacional, la cual había votado poco antes la destitución de Rajoelina.
El presidente, de 51 años, abandonó el país el domingo a bordo de un avión militar francés, según confirmaron fuentes opositoras y diplomáticas. Aunque Rajoelina sostiene que su salida fue temporal y por motivos de seguridad, su paradero actual es desconocido. Desde su oficina se ha calificado de “inconstitucional” la sesión parlamentaria que lo destituyó.
Las protestas comenzaron el 25 de septiembre, detonadas por la escasez de agua y electricidad, pero pronto escalaron hacia reclamos más amplios contra la corrupción, la pobreza y el deterioro de los servicios públicos. La situación recuerda a otros movimientos juveniles recientes en países como Marruecos y Nepal, donde las nuevas generaciones exigen cambios frente a las viejas élites.
El presidente francés Emmanuel Macron pidió respeto al orden constitucional y advirtió que las quejas de los jóvenes “no deben ser aprovechadas por facciones militares”.
El levantamiento militar contó con un apoyo clave: la unidad de élite CAPSAT, que en 2009 ayudó a Rajoelina a tomar el poder mediante un golpe de Estado, pero que ahora se ha vuelto en su contra. El fin de semana, esta unidad se negó a reprimir las manifestaciones y escoltó a los protestantes, anunciando luego que asumía el control del Ejército.
Madagascar, nación de unos 30 millones de habitantes con una de las poblaciones más jóvenes de África, enfrenta una profunda crisis social. Tres de cada cuatro malgaches viven en la pobreza, y el PIB per cápita ha caído más del 40 % desde la independencia en 1960, según el Banco Mundial.
Mientras tanto, el país del océano Índico permanece en incertidumbre. Con el presidente fuera del territorio y el Ejército en control de las instituciones, Madagascar se encuentra al borde de un nuevo capítulo de inestabilidad política que podría redefinir su futuro.
Redacción: Forum News