Durante una entrevista, Chaves aseguró que el órgano electoral “no tiene competencia alguna” para pedir su destitución y que, de prosperar la solicitud, se trataría de una ruptura institucional. “Eso sería un golpe de Estado legítimamente repudiado por todas las naciones del mundo”, dijo el mandatario.
El Tribunal Supremo de Elecciones pidió esta semana a la Asamblea Legislativa levantar el fuero del presidente por 15 denuncias de beligerancia política. Los reclamos fueron presentados por distintos sectores, entre ellos líderes opositores, quienes lo acusan de utilizar actos oficiales para hacer referencia a temas electorales y atacar a otros partidos.
De acuerdo con la legislación costarricense, los funcionarios públicos, incluido el presidente, tienen prohibido participar en actividades proselitistas o favorecer a candidatos durante el proceso electoral. Si el TSE determina que existió beligerancia, puede imponer sanciones que van desde la inhabilitación para ejercer cargos públicos hasta la destitución del cargo.
Chaves, cuyo mandato concluye el 8 de mayo de 2026, sostiene que el TSE ha “cambiado las reglas del juego” y actúa como parte de una estrategia política para excluirlo del debate nacional. “Hay una obsesión de la clase política por sacar a Rodrigo Chaves del ruedo, aunque yo no estoy compitiendo”, afirmó.
El mandatario ya enfrentó en septiembre un proceso similar solicitado por la Fiscalía General, pero el Congreso no alcanzó los 38 votos requeridos para retirarle la inmunidad.
En el contexto de las elecciones del 1 de febrero de 2026, el gobierno enfrenta restricciones de comunicación impuestas por el TSE, que prohíben la difusión de propaganda o información oficial relacionada con su gestión. Chaves ha cuestionado públicamente estas limitaciones, calificándolas de “mordaza”, y ha reiterado su desconfianza hacia los magistrados del Tribunal.
Redacción: Forum News