La proximidad de las elecciones generales del 30 de noviembre mantiene bajo la lupa la seguridad en torno al Consejo Nacional Electoral (CNE). Este lunes, un equipo antibombas se desplazó de emergencia a la sede de la institución, luego de recibirse una llamada que alertaba sobre un presunto artefacto explosivo en el lugar.
La noticia generó inquietud entre empleados y personas que transitaban por la zona, lo que obligó a las autoridades a acordonar el perímetro para iniciar las inspecciones correspondientes. Aunque hasta el momento no se ha confirmado la presencia de explosivos, el caso continúa en investigación.
Las autoridades recordaron a la ciudadanía la importancia de mantener la calma y acatar las indicaciones de seguridad mientras se desarrollan las verificaciones. Se prevé que en las próximas horas se emitan informes oficiales sobre los hallazgos y las medidas adicionales que puedan aplicarse.
Este episodio ocurre en paralelo a los esfuerzos del CNE por garantizar la logística de las elecciones. En materia de conectividad, Marlon Ochoa informó que cerca de 4.000 centros de votación ya disponen de red celular, pero aproximadamente 1.700 continúan sin acceso, lo que afecta a unos 800.000 electores de acuerdo con el censo preliminar.
Tras el fracaso del primer proceso de licitación, la institución ha iniciado una contratación expedita con invitaciones abiertas a distintos oferentes, con el objetivo de superar a tiempo este obstáculo técnico antes de la jornada electoral.
Con ambos incidentes, la alerta de bomba y la falta de conectividad en miles de centros de votación, el CNE enfrenta presiones adicionales en la recta final hacia las elecciones generales, donde la seguridad y la logística tecnológica serán determinantes para garantizar una jornada electoral confiable el próximo 30 de noviembre.